Nos ha dejado. Como cuando nos deja un padre o un abuelo. Él nos hizo soñar que podíamos pasar de cuartos y ganar. Generaciones enteras de perdedores, empecemos a creer que sí, que se podía. Que con la pelotita en los pies, niño, éramos los mejores. El balón es mío, como un niño en el recreo. Gracias a su estilo la selección española apostó por ser protagonista. Nos ha dejado Luis Aragonés, humano, cercano, muy futbolero, iba de cara. Era el fútbol en su esencia. Cabello blanco y chándal inconfundible. Era todo aquello que hoy en día se ha perdido en el fútbol actual.
A Luis le dieron mucha caña. Pero él no cambio de idea. Sin él, la historia de La Roja actual no hubiera sido posible. Con Luis empezó todo. La selección no tenía las condiciones físicas, pero a nivel técnico eran los mejores y “El Sabio de Hortaleza” apostó por ello. Juntó a los pequeños. Iniesta, Xavi, Cazorla, Cesc, Silva, Villa… Y la selección española empezó a hacer magia, a brillar con la pelotita en los pies. Dejemos la casta y el pundonor y demostremos al mundo que se podía ganar jugando bien. Sin esa Eurocopa, no hubiéramos ganado el Mundial. Y sin eso no seríamos lo que somos ahora. El mundo nos admira por nuestro fútbol, y la palabra fútbol en España lleva el nombre de Luis. Nos hizo soñar más fuerte y comenzamos a creer en nosotros. Los niños de hoy en día se han acostumbrado a ver ganar a la selección y a estar en lo más alto. Los niños de hoy en día llevan una estrella en el pecho. Ya no sueñan con ser los mejores, se creen los mejores y eso en parte, es gracias a él.
Esos locos bajitos que Luis Aragonés juntó, son hoy en día la esencia de nuestro fútbol. Admirado alrededor del mundo. De ese famoso tiki-taka. Dicen que nadie desaparece si alguien lo recuerda. Él nunca desaparecerá, porque cada niño con una pelotita en la plaza, recordará lo que era Luis, su esencia. FÚTBOL.
Solo lo que suma 