No hay otro igual. El mundo del motociclismo se ha rendido a sus pies. “Que no lo olviden, es el número uno”, gritaba su padre, Julià. Difícil que alguien lo olvide. Freddie Spencer fue, a los 21 años, el campeón más joven de la categoría reina, ahora el pequeño genio le ha arrebatado el récord. Marc Márquez (Cervera, Lleida; 20 años) se ha convertido en el piloto más joven de la historia en ser campeón de MotoGP. Es la sonrisa eterna del Mundial, el de la vuelta rápida, el debutante más joven en ganar una carrera de MotoGP, el niño que sube escalones de dos en dos. El que no falla nunca y del que nadie conoce su límite. Tres veces campeón, una por categoría.
Hoy ya no es el chico tímido y poco hablador que Jordi Castella, uno de sus mecánicos, conoció a los 13 años. “Se ha hecho mayor muy rápido”. Emilio Alzamora, su representante, me decía que parara al niño cuando viera que empezaba a ir rápido. Pero no podía hacerlo porque Marc iba rápido enseguida. ‘Como se caiga y se haga daño, te vas a la calle’, me amenazaba. Y yo le respondía que lo tendría que frenar a las cinco vueltas”. Por ello, durante años llevó de cabeza a Ángel Viladoms, presidente en aquel entonces de la Federación Catalana de Motociclismo y actualmente de la Española, que no se perdió ni una de sus carreras entre los 6 y los 12 años. “Estaba muy asustado. Era muy rápido, pero también muy pequeño, y me habrían cortado el cuello si se hubiera hecho daño o le hubiera pasado algo. Pero veía que era especial, que tenía un talento superior. No sé donde tiene el límite realmente. Me recuerda mucho a Valentino”.
Marc Márquez es el chico que todo lo puede, el que descubre secretos escondidos en curvas retorcidas, el que fulmina registros, el que hace de la irreverencia un arte. En la pista no tiene respeto por nadie: tuteó al mismísimo Valentino Rossi, su ídolo, en Catar. Se vio las caras con su compañero de equipo, Dani Pedrosa y superó en pista y fuera de ella a su sucesor en el título, el todo carácter, Jorge Lorenzo. Audacia, inteligencia y carisma, el de Cervera lo tiene todo. Porque su percepción de los límites está más allá de dónde la ven los demás. Porque cree que solo encontrando esos límites y dándose de bruces contra el asfalto será cada día mejor: no en vano se ha caído infinidad de veces este año, 15 en 18 grandes premios, pero solo una en carrera.
A aquel perfil más técnico se une la soltura y agresividad de un piloto de mayor envergadura que tanto recuerda a la de Valentino Rossi. “Ahora sale más de la moto, va más suelto, y lleva él a la moto, no al revés, como pasaba hace un año; es capaz de modificar una trazada en plena curva, de adaptarse a la pista o a la moto si las condiciones no son las idóneas; otros pilotos no pueden”, observa Emilio Alzamora. “Si nos dicen a principio de temporada que va a tutear a Rossi y que va a ganar la segunda carrera del Mundial no nos lo creemos. No se donde tiene el límite”, afirma Alzamora. Ya en Valencia, en el último Gran Premio del 2012, cuando el español asombró con una histórica remontada desde la última posición para ganar la carrera, Valentino había pronunciado un contundente. “Es el nuevo Rossi”. Tras sentirlo de cerca, Rossi corroboró sus augurios. Lo tiene claro, Márquez va a suponer un terremoto en el Mundial, porque «es especial, porque tiene un estilo de conducción extraño, tal vez algo nuevo. Jorge Lorenzo y yo tenemos en un estilo más clásico, pero Márquez es algo diferente», dijo en declaraciones a Motorcyclenews. “Al respecto de que Márquez será el próximo Rossi, es el único que con 19 años había ganado lo que había ganado yo y no es exagerado eso que se dice”. Valentino lo tiene claro, su sucesor tiene nombre y es catalán; Marc Márquez.
El pequeño genio sigue subiendo los escalones de dos en dos, saltándose pasos que se preveían necesarios, buscando rivales de más talla. Tirando de su talento, pero también de su carisma. Un pilotaje a veces agresivo, a veces delicado, y la inteligencia suficiente para saber en cada momento qué necesita su moto. Falta por ver si su sonrisa de niño pícaro y ese desparpajo adorable consiguen eclipsar a su ídolo y ahora rival, Valentino Rossi. Mientras, el pequeño genio de Cervera seguirá haciendo la colección de las mini motos de su ídolo, hasta que su estantería quede completa. Mito y aspirante ya siguen el mismo trazado. Marc Márquez tiene un cita con la historia. No hay otro igual. Va camino de convertirse en un mito de las dos ruedas.